Facebook, Amazon y más

Carla Cohen
3 min readOct 30, 2018

El mundo editorial es cambiante y siempre se termina adaptando a las nuevas tecnologías. Hace mucho tiempo el libro fue una de las más grandes invensiones, ahora lo damos por sentado. En la época actual los procesos de invención tecnológica se han acelerado y en muy poco tiempo hemos visto avances que nunca antes se hubieran imaginado. Con la invención y democratización del internet la información circula a una velocidad nunca antes vista.

Por eso hoy puedo autopublicar estas breves reflexiones en una plataforma como Medium. También me puedo mantener al tanto de las noticias sin pagar un solo centavo directamente a una empresa. Pero la tecnología también tiene sus desventajas.

Hombre se come su propio rostro.
Meme de noticias falsas

Creo que uno de los problemas más graves que tenemos hoy en día es la falta de conisciencia sobre la manipulación masiva que las plataformas sociales han logrado. El monopolio de redes como Facebook nos limíta a mantener una autonomía de la información. Esa misma plataforma tiene un diseño pensado para que el usuario se vuelva cada vez más adicto a pasar el tiempo dentro de su sistema. Los usuarios le otorgan un montón de información (data) que le sirve a la empresa para vender anuncios y, más alarmantemente, vender esa información a partidos políticos para poder manipular campañas elecotrales. Quizás lo peor de todo es que los usuarios lo saben y aún así no pueden dejar de usar Facebook.(Seguramente muchos ni siquiera lo saben…)

En el tiempo que he estado trabajando para medios digitales me he cuestionado mucho este problema. Ahora veo que cualquier persona puede compartir su opinión y siempre habrá alguien más dispuesto a leerla. Hay personas que su trabajo conciste en hacer perfiles de bots (perfiles de gente inexistente) para controlar o balancear las opiniones en algunos temas polémicos de Twitter (o de otras redes). La cantidad de información resiclada, mal utilizada, y poco ética en la red es enorme… Me parece que el problema no es tanto que estos contenidos existan, sino que son los que prevalecen, los que la mayoría terminamos consumiendo, y los que eventualmente moldean nuestra realidad.

Por esto se vuelve fundamental el oficio editorial. Así como yo, hay muchas otras personas que también sienten la necesidad de conseguir fuentes confiables en la red. La tecnología tiene muchas ventajas y por lo tanto hay que aprovecharlas. Las fuentes confiables son aquellas que tienen un respaldo serio, es decir, son las que dan a conocer quién publica la información, quiénes conforman el equipo de la plataforma, cuáles son sus escrúpulos y bajo qué condiciones se puede acceder a su información.

De esta forma el periodismo independiente, aquel que depende de los donativos de sus lectores, tiene una de las mejores ventajas. Por un lado, tiene mayor flexibilidad incluida la posibilidad de arriesgarse a la hora de generar contenidos controverisales; por otro lado, en vez de perder patrocinadores al momento de generar contenidos críticos sabe que es precisamente esa cualidad la que mantiene a sus lecotres colaborando con el proyecto. La comunidad lectora sotiene estos aparatos informativos y entre más lectores se unan, menos “fake news” habrá.

Meme de noticia falsa, probablemente sobre el aclamado “Callese viejo lesbiano”

La democracia de la red se da cuando el poder no recae en una sola empresa como Facebook, Amazon, Google, Netflix… sino cuando se coopera en comunidades colectivas, en las que todas las personas tienen un peso más o menos similar.

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